LA IGLESIA CATOLICA ANTIGUA DE B.C.
Ha habido iglesias que se han auto-denominado católicas antiguas en varias épocas y lugares. El primer grupo de iglesias que se auto-denominó católicos antiguos surgió en los Países Bajos en el siglo XVIII cuando los católicos holandeses ofrecieron solidaridad y hospitalidad a los católicos franceses cuya libertad religiosa fue denegada en Francia. El padre del episcopado del catolicismo antiguo en Utrecht es un obispo francés, al menos de nombre, Dominique Marie Varlet (1678 – 1742) que fue vicario episcopal del obispo de Quebec. Varlet desembarcó en Fort Louis, Luisiana el 6 de junio de 1713, como misionero, y permaneció en Quebec del 21 de setiembre de 1717 al 2 de octubre del 1718. Varlet volvió a Europa para su ordenación como obispo coadjutor de Babilonia (el Bagdad de hoy día en Iraq). Yendo de camino a su diócesis en el año de 1719, mientras estaba en Amsterdam, a petición de una sección de clero holandés en rebeldía, administró el sacramento de la confirmación a 604 personas, que no podían recibir este sacramento debido a disputas entre la iglesia de Utrecht y Roma. Por esta acción Roma lo suspendió de su jurisdicción. En 1721 volvió a Holanda. En una carta dirigida al obispo Varlet (fechada el 13 de octubre de 1724) canónigos de Utrecht le pidieron que consagrara al obispo Cornelius van Steenhoven. La consagración tuvo lugar en Amsterdam, el 15 de octubre de 1724. Cuando el arzobispo de Utrecht escribió al Papa Benedicto XIII para comunicarle esta consagración, recibió como respuesta, el 22 de febrero de 1725, una bula papal “Qua Sollicitudine” -en español: “A causa de su ofensa”- excomunicando al obispo Varlet y a todos aquellos que tomaron parte en su elección. Es desde este momento que la iglesia de Utrecht es independiente de la sede de Roma. Fue reconocida por el estado bajo el nombre de “Kerk genootschap der Oud-Bisschoppelijke Clerezij” – en español: Iglesia católica episcopal antigua- en 1912 y se le dotó con una suma de 12.000 florines. Los católicos antiguos desde siempre han considerado que con Cristo la persona humana encuentra perfecta libertad. En el año de 1872 otras iglesias decidieron incorporarse a Utrecht cuando el Concilio vaticano primero proclamó la doctrina de la infalibilidad papal. Como Cristo es el único infalible, muchas iglesias en Austria, Alemania, Bavaria y Suiza, percatándose de que su teología estaba más cercana a Utrecht que a Roma, se auto – proclamaron católicas antiguas. En la actualidad hay iglesias católicas antiguas establecidas a lo largo de todo el continente americano, Europa, Australia y Nueva Zelanda.
La iglesia católica antigua en la Colombia Británica
La iglesia católica antigua de la Colombia Británica, con su parroquia de San Rafael, se formó en 1921, es una comunión independiente, que deriva su sucesión apostólica de la iglesia católica antigua de Utrecht, asegurándose así la validez católica de sus ritos, sacramentos y órdenes clericales. Después de más de cinco años de correspondencia, investigación, testimonios, etc. los obispos de la Unión de Utrecht en la Conferencia Internacional de Obispos católicos antiguos en Müchenwhiller, Suiza, del 26 al 31 de marzo del 2006, votaron y otorgaron a la iglesia católica antigua de la Colombia Británica el estatus de membresía condicional por un período de 6 años (véase el comunicado oficial de la conferencia internacional de obispos católicos antiguos en: http://www.utrechter-union.org/pagina/91/communiqué_der_sitzung_der_inter). En una carta fechada el 6 de julio del 2006 dirigida al obispo Gérard LaPlante, el arzobispo Joris Vercammen, presidente de la Unión de Utrecht, dio la bienvenida a la iglesia católica antigua de la Colombia Británica a la Unión de Utrecht con las siguientes palabras: “… Agradecemos al Señor por invitarnos a abrir nuestra comunión porque creemos que sois un regalo para todos nosotros.” El obispo Gérard LaPlante participó en el vigésimo noveno congreso de católicos antiguos en Freiburgo, Alemania, del 7 al 11 de agosto del 2006, representado a nuestra iglesia. Más tarde fue invitado a participar como miembro de la conferencia internacional de obispos católicos antiguos en Wislikofen, Suiza, del 4 al 8 de febrero del 2007, acompañado del padre Claude Lacroix, como nuestro representante en Quebec. Debido a diferencia de opiniones en esta conferencia, no formamos más parte de la citada Unión. En los años treinta del pasado siglo el Reverendo Padre Henry Barney de la O. M. I. (Órden Oblata de María Inmaculada, una orden misionera católico – romana) se unió a nuestra iglesia. Por su dedicación, esfuerzo, y compasión, la iglesia creció estableciéndose permanentemente en la Colombia Británica. Otros sacerdotes siguieron este ejemplo continuando el trabajo misionero de la iglesia, la enseñanza del Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y su mensaje de fe, esperanza y amor, sin distinción de raza, credo o color. Administramos los siete sacramentos. No percibimos estipendio o ayuda alguna de los gobiernos municipales, provinciales o federales. Estamos debidamente registrados con el gobierno federal (en Ottawa) y con los de las provincias de la Colombia Británica y Quebec. Desde que existimos hemos provisto de hospitalidad y refugio a cientos de personas necesitadas, ayudándoles a encontrar trabajo, poniéndolos en el camino para lograr ser autoduficientes emocional y financieramente. Nuestro clero no recibe salario. Desempeñamos trabajos seculares para nuestro mantenimiento. El celibato es opcional. La mayoría de las personas que vienen a nuestra iglesia son muy diferentes étnica, social y religiosamente. Todos son bienvenidos. Celebramos muchos funerales donde tan sólo participan el sacerdote y el fallecido. Creemos que cualquier ser humano debe ser tratado con igualdad a la hora de su muerte y con respeto. Llevamos los sacramentos a necesitados y marginados. También visitamos a enfermos en los hospitales de nuestra ciudad, personas que por alguna razón, han perdido o abandonado su fe, o que no tienen ninguna. A lo largo del año, mucha gente viene a nuestras puertas pidiendo comida, y les damos bocadillos, sopa, etc. Los miembros de la iglesia católica antigua son cristianos gozosos que comparten felizmente su fe con las almas desesperadas de aquellos que nunca han conocido la gloria de Cristo. Un amor por Cristo, un compromiso cálido, y una devoción a Jesucristo son los criterios de pertenencia de la iglesia católica antigua.
Que la paz del Señor esté siempre con vosotros.